martes, 3 de enero de 2012

Lola Sanabria


El día que cumplí quince años me regalaron una golondrina con un ala rota. Algunos dicen que está enterrada bajo el cemento del patio, pero yo creo que se quedó a vivir dentro de mí para siempre. 

Después llegarían más y se cumpliría lo que me decía mi madre: “Hija, tienes muchos pájaros en la cabeza”. Nací en un pueblo de Córdoba, en una casa grande llena de gente. El sur, rodeada de personas y con pájaros en la cabeza. Estaba cantado que acabaría inventando historias.

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